Escrito por: Esp. Migdonia Abud Cañarete.
Al llegar los meses terminados en bre (septiembre, octubre, noviembre y diciembre), uno de nuestros compañeros de trabajo del Codesa, jocosamente exclama: “¡ya esto huele a traki traki!”. Y está en todo lo cierto. Más aún, cuando llega diciembre parece que los corazones de las personas se aceleraran y corrieran al compás de ese reloj que durante este mes parece que anduviera más rápido.
Durante todo un año esperamos ansiosos la llegada del mes de diciembre, porque sabemos que con su arribo, llega la alegría a nuestros corazones; llega la época de descansar en casa; llegan los amigos y familiares que se encuentran lejos; llegan las primas (no propiamente las hijas de mi tío), con las cuales puedo comprar lo que durante todo un año no he podido; llegan los buñuelos, las natillas, las comidas en familia, los adornos navideños, los villancicos, los arbolitos, los pesebres y todo aquello que nos recuerda el por qué diciembre es el mes más bonito del año: “EL NACIMIENTO DEL NIÑO JESÚS”
Según Wikipedia, “la celebración de esta fiesta el 25 de diciembre se debe a la antigua celebración del nacimiento anual del Dios-Sol en el solsticio de invierno adaptada por la Iglesia católica en el tercer siglo d. C. para permitir la conversión de los pueblos paganos. Pero, para algunos historiadores la celebración de la Navidad histórica debería situarse en primavera (entre abril y mayo), y para otros, siguiendo el relato de Lucas 2:8, que indica que la noche del nacimiento de Jesús, los pastores cuidaban los rebaños al aire libre y que el cielo estaba lleno de estrellas, es poco probable que este acontecimiento hubiera ocurrido en el invierno (hemisferio norte). La Iglesia cristiana mantiene el 25 de diciembre como fecha convencional, puesto que en la primavera u otoño la Iglesia celebra la Pascua”.
Independiente de cuál es la fecha exacta del nacimiento de Jesús, lo importante aquí es que nosotros permitamos que EL nazca en cada uno de nuestros corazones. Y ese espíritu navideño no se vive en los zapatos o el vestido nuevo, ni en los grandes platos de comida, ni mucho menos en los juguetes o regalos; para permitir que JESUS nazca en nosotros, tenemos entre otras cosas que:
- Rezar en familia por la paz del mundo.
- Dar gracias a Dios por todo lo que me ha dado.
- Ayudar a mis hermanos en algo que necesiten.
- Llevar a cabo un sacrificio.
- Dar un juguete o ropa a un niño que no lo tenga.
- Rezar con devoción la novedad de Navidad.
- Imitar a Jesús en su perdón cuando alguien me moleste.
- Compartir una comida con los menos afortunados.
En fin son tantas las cosas que podemos hacer para permitir que EL NIÑO JESUS no solo nazca, sino que permanezca vivo en nuestros corazones durante todo el año. Cosas o acciones que para nosotros son insignificantes pero que, para la persona que lo recibe, es un gran acto de amor.
Para terminar, quisiera desearle a toda la gran familia codesana una FELIZ NAVIDAD Y UN PROSPERO AÑO NUEVO!!! Que dejemos atrás todos los malos momentos del 2011 y nos preparemos para todas las cosas lindas que el SEÑOR nos tiene preparada para el 2012.
¡¡¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo!!!
¡¡¡Froehliche Weihnachten und ein gluckliches Neues Jahr!!! (Alemán)
¡¡¡I'D Mubarak ous Sana Saida!!! (Arabe)
¡¡¡Colo sana wintom tiebeen!!! (Egipcio)
¡¡¡Joyeux Noël et Bonne Année!!! (Francés)
¡¡¡Merry Christmas and Happy New Year!!! (Inglés)
¡¡¡Buon Natale e Felice Anno Nuovo!!! (Italiano)
¡¡¡Shinnen omedeto. Kurisumasu Omedeto!!! (Japonés)
¡¡¡Natale hilare et Annum Nuovo!!! (Latín)
¡¡¡Boas Festas e um feliz Ano Novo!!! (Portugués)
