El 8 y 9 de junio se conmemora
el día del estudiante caído en Colombia en honor a las luchas estudiantiles y a
los estudiantes asesinados, especialmente durante las luchas sociales ocurridas
en 1929, 1954 y 1973.
En 1929, los estudiantes de la universidad Nacional realizaron una
manifestación contra el gobierno de Miguel Abadía Méndez. El 7 de junio, miles
de estudiantes salieron a las calles exigiendo la renuncia de funcionarios
públicos y militares responsables de la masacre ocurrida en la zona bananera el
6 de diciembre de 1928.
Cuando la marcha estuvo cerca del palacio presidencial, fue recibida con
represión por parte de la guardia presidencial. En los hechos, los militares
asesinaron al estudiante de derecho Gonzalo Bravo Pérez quien fue alcanzado por
una bala.
El 8 de junio, los estudiantes
salieron a las calles repudiando la muerte del joven Bravo Pérez. Este hecho
siguió propiciando conmemoraciones en las universidades colombianas.
El 8 de junio de 1954, en la dictadura de Rojas Pinilla, los
estudiantes conmemoraron lo sucedido en 1929. En plena movilización, hubo
enfrentamientos entre los estudiantes y la Policía. Tras regresar a la
Universidad Nacional, la Fuerza Pública disparó a la multitud. En los hechos
fue asesinado el estudiante Uriel Gutiérrez.
Ese mismo día, miles de
estudiantes marcharon conmovidos por el asesinato de su compañero. Salieron a
las calles repudiando los hechos y durante el recorrido por la calle séptima en
Bogotá, fueron atacados por el batallón Colombia que abrió fuego contra ellos.
Como resultado de la acción militar, fueron asesinados 11 personas y 50 más
resultaron heridas.
El 8 de junio de 1973, durante
la conmemoración del estudiante caído, las autoridades asesinaron a Luis
Fernando Barrientos, en la Universidad de Antioquia. Debido a estos
hechos, los estudiantes colombianos decidieron declarar el 8 y 9 de junio como
el día del estudiante caído.
El movimiento estudiantil
colombiano ha estado presente en cada una de las luchas sociales, apoyando y
aportando a las causas de las mayorías. Esta fecha mantiene viva la memoria del
estudiantado que ha dado su vida en la defensa y construcción de una educación
digna.
En 1929, los estudiantes de la universidad Nacional realizaron una
manifestación contra el gobierno de Miguel Abadía Méndez. El 7 de junio, miles
de estudiantes salieron a las calles exigiendo la renuncia de funcionarios
públicos y militares responsables de la masacre ocurrida en la zona bananera el
6 de diciembre de 1928.
Cuando la marcha estuvo cerca del palacio presidencial, fue recibida con represión por parte de la guardia presidencial. En los hechos, los militares asesinaron al estudiante de derecho Gonzalo Bravo Pérez quien fue alcanzado por una bala.
El 8 de junio, los estudiantes
salieron a las calles repudiando la muerte del joven Bravo Pérez. Este hecho
siguió propiciando conmemoraciones en las universidades colombianas.
El 8 de junio de 1954, en la dictadura de Rojas Pinilla, los
estudiantes conmemoraron lo sucedido en 1929. En plena movilización, hubo
enfrentamientos entre los estudiantes y la Policía. Tras regresar a la
Universidad Nacional, la Fuerza Pública disparó a la multitud. En los hechos
fue asesinado el estudiante Uriel Gutiérrez.
Ese mismo día, miles de
estudiantes marcharon conmovidos por el asesinato de su compañero. Salieron a
las calles repudiando los hechos y durante el recorrido por la calle séptima en
Bogotá, fueron atacados por el batallón Colombia que abrió fuego contra ellos.
Como resultado de la acción militar, fueron asesinados 11 personas y 50 más
resultaron heridas.
El 8 de junio de 1973, durante
la conmemoración del estudiante caído, las autoridades asesinaron a Luis
Fernando Barrientos, en la Universidad de Antioquia. Debido a estos
hechos, los estudiantes colombianos decidieron declarar el 8 y 9 de junio como
el día del estudiante caído.
El movimiento estudiantil
colombiano ha estado presente en cada una de las luchas sociales, apoyando y
aportando a las causas de las mayorías. Esta fecha mantiene viva la memoria del
estudiantado que ha dado su vida en la defensa y construcción de una educación
digna.