EL
20 DE JULIO DE 1810: OTRO MITO FUNDACIONAL DE NUESTRA HISTORIA NACIONAL
Escrito
por:
ELKIN JOSÉ MARTÍNEZ CORPAS
MG. EN HISTORIA
Para quien creció escuchando la historia del
florero de Llorente y el famoso grito de independencia, viendo las izadas de
banderas en los hogares y edificios públicos, los actos cívicos en las
escuelas, los desfiles por las calles, los actos conmemorativos a los héroes de
la patria; en fin, toda la parafernalia que gira en torno al día de la
independencia nacional no dudaría que el 20 de julio de 1810 es la fecha en la
que se da inicio a la vida republicana de nuestro país.
Y es que tantos años de mentiras y disciplinamiento
de la memoria social a través de la tradición y la educación, han permitido que
un hecho tan apartado de la realidad haya calado tan hondo en las mentes de
muchas generaciones.
Una vez creada la nueva república, las élites
gobernantes empiezan su proyecto de construcción de nación, por lo que se busca
establecer elementos que permitan una identidad y una unidad nacional que gire
en torno a la existencia y reconocimiento de un pasado común.
La idea del 20 de julio como día de la independencia
nacional, surge desde la segunda década del siglo XIX, es así como en Santa Fe de Bogotá y sus poblaciones aledañas, a partir de 1813, se realizan festejos
conmemorando los hechos ocurridos en 1810 en esa capital y que son considerados
como el nacimiento de la república.
En busca de extender esta festividad al ámbito
regional, en 1842 el gobierno nacional, a través de la ordenanza 11 del 14 de
octubre, emanada de la asamblea Nacional Constituyente, establece que esta
fiesta se celebrará cada cuatro años.
Posteriormente en 1873, mediante la ley 60 del 8 de
mayo, se declara el 20 de julio como día festivo, hecho ampliamente rechazado
por los habitantes de las demás regiones del territorio, constituyéndose en un
fracaso debido a la fragmentación del país en diferentes estados soberanos con
autonomía administrativa.
El rechazo a la imposición de esta fecha en el
siglo XIX vino de todos los sectores de la sociedad: destacados políticos e
intelectuales no admitieron el 20 de julio considerando que los hechos ocurridos
en la capital del país son poco significativos y no representan la ruptura
definitiva del yugo español. Tomás Cipriano de Mosquera aseguraba que si es de
establecer una fecha en el ámbito del territorio colombiano debía ser el 22 de
mayo de 1810, fecha en la cual es depuesto del cargo el gobernador de
Cartagena, hecho que evidencia una verdadera ruptura con el imperio.
Pero a pesar de la oposición presentada en el siglo
XIX las élites andinas no descansan en su empeño por imponer el 20 de julio como
día de la independencia de Colombia. Esta campaña toma un nuevo auge a partir
de 1907, durante el gobierno del general Rafael Reyes (1904-1909), quien a
través de la ley 39 del 15 de junio de 1907, expedida por la Asamblea Nacional
Constituyente, impone dicha fecha.
La estrategia del gobierno de Reyes y de sus
sucesores, se basó en crear una junta denominada “Comisión Nacional del
Centenario” la cual a su vez creó juntas en los diferentes departamentos
quienes, apoyadas por el gobierno central, y a través de la utilización del uso
público de la historia, el aparato educativo, el ritual simbólico y los
procesos de monumentalización, pusieron en marcha a lo largo de todo el siglo
XX un proceso de disciplinamiento de la memoria social colombiana.
A pesar de todo lo expuesto, y de los diversos
estudios que se han hecho y se siguen haciendo para desenmascarar esta farsa de
la historia nacional, el 20 de julio se sigue conmemorando en el ámbito
nacional como el día de la independencia. Los estudiantes en las instituciones
educativas siguen organizando festejos y desfiles multitudinarios afianzando
cada vez más el ideario de nación construido desde el mundo andino. La tarea ha
de ser entonces instruir a las futuras generaciones sobre la manera como esta
fecha no fue más que una invención de las élites andinas y que si bien es
imposible desmontar todo un aparato establecido desde hace dos siglos, y
respaldado por la educación, los medios de comunicación, los rituales
repetitivos, entre otros, permitan a esas nuevas generaciones mirarlo desde una
óptica crítica, lejos de lo pasional, para que puedan comprender que el proceso
de construcción de nación en nuestro país aún no ha terminado.
BIBLIOGRAFIA
Flores, D. S.
(s.f.). 20 de julio en Colombia: una invenciòn tradicional. Academia. edu.
Raúl Román Romero, V. N. (2013). El dìa de la independencia
en Colombia. La exclusiòn de los hechos històricos de la Regiòn Caribe. Memorias.
Romero, R. R. (19 de julio de 2009). La invención del 20 de julio
como fiesta nacional. El Universal de Cartagena.
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